Existe una cierta animadversión hacia la chancla, la sandalia o cualquier otro calzado que descubra en exceso el pie. Este rechazo se debe a que no todos los que las defienden saben de los cuidados que deben procurar a sus pinreles al liberarlos tras un largo y arduo invierno retenidos en calcetines y zapatos cerrados. Callos, juanetes, uñas amarillentas y demasiado largas, talones agrietados, pies negros… ¡Arghhhhhh! Sin embargo, una bonita sandalia (tanto para ellas como para ellos) en un pie con una cuidada pedicura puede resultar de lo más elegante (por ejemplo, unas menorquinas).
PD. Los flip flop sólo se toleran en (o de camino o vuelta a) una playa o una piscina. Hablo en serio.
-
-
Teresa Forcades y Ada Colau son fans de este tipo de calzado.
-
-
Sin embargo, hay momentos en los que no pegan. Por ejemplo, en tu ceremonia de investidura como alcaldesa de BCN.
-
-
Con o sin cuña (plataforma o tacón), las sandalias tienen que dar la talla. El problema de la alcaldesa de Jérez es el calzado no su meñique.
-
-
Adoro a Pepe Mujica pero esas pezuñas… ¡ARGHHHH!
-
-
Las de David Fernández, de la firma riojana Art, son coherentes con su ideario. Eso sí, no he tenido la oportunidad de estudiarle los pies de cerca…
-
-
Las del príncipe heredero de Abu Dhabi como venían cargaditas de millones no molestaron a nadie…
-
-
El Dalai Lama en la Casa Blanca y jugando con la nieve. Es único.
-
-
El obispo Fernando Lugo prometió que no se quitaría las sandalias como presidente de Uruguay.
-
-
Las de Gandhi tomaron tanta fama como él
-
-
Las de Ho Chi Minh estaban hechas con el caucho de las ruedas de los aviones EEUU que derribaban los vietnamitas.
-
-
Obama caminando junto a su hija mayor por la playa lleva las chanclas en la mano. #loveobama