De cara a los comicios de mayo, la candidata del PP a presidir la Comunidad de Madrid se ha propuesto arrebatarle el símbolo estético a Pablo Iglesias. Por eso, Cristina Cifuentes repartirá coleteros «azul PP» durante su campaña para competir con las gomas púrpuras corporativas que utiliza el líder de Podemos. El empecine de Cifuentes sobre esta cuestión es tal que además de repetir hasta la saciedad que ella es la «auténtica coletas»; el pasado jueves, en El Hormiguero, incluso se prestó a demostrar cómo se hacía el recogido en dos minutos. Pero pese a pretender abanderarse de tal seña, Cifuentes parece que no quiere darse cuenta de que el reclamo de Iglesias reside en que es poco común (por lo tanto, diferencial) dentro del género masculino. Y contra eso, la competición se antoja ridícula. No obstante, cierto es que el repeine de una coleta (fijada con horquillas y laca) frente a la informalidad de la otra (peinada con las manos y atada con un par de gomas púrpura corporativas) ya evidencian grandes diferencias ideológicas. La coleta baja de la melena rubia y lacia -domada a golpe de plancha- de Cifuentes se advierte como un peinado recatado, obediente y pulcro; mientras que el pelo ondulado y castaño de Iglesias (excepto cuando va a platós de televisión y deja que se la engominen, entrando así en una gran contradicción) es sinónimo de rebeldía y libertinaje.
PD. Perdón por las pintas del blog… Como diría Aznar en mexicano: «¡Estamos trabajando en ello!»