Resumen del primer mensaje (no verbal) de Navidad de Felipe VI. Feliz Navidad a todos (bueno, excepto a las personas malas).
1. Escenografía.
Espacio. Pasamos del despacho (trabajo) que utilizaba Juan Carlos I para transmitir seriedad al saloncito (recepción) de Felipe VI, cercanía. Fondo blanco (relajado), cortinas abiertas (transparencia), con tonos rojos (celebración, armonía, solemnidad) y madera (rigor, fuerza…).
Luz. Lámpara de mesa encendida = rey reflexivo, dotado con capacidad para guiarnos.
Bandera, pesebre y padres. España, religión y familia de origen se presentan a lo lejos. Hasta que no se hace un plano general no se descubren todos estos elementos. Mejor evitar conflictos.
Familia. Su familia son Letizia y sus hijas. Con la reina, fotografía cariñosa en clase business (nosotros no somos como mis padres, nosotros nos queremos y somos cómplices).
2. Vestuario.
Traje gris. Nada excesivamente formal (negro) para tratar de empatizar y proyectar proximidad.
Corbata azul. A juego con el color de sus ojos y que, al estar sentado, alargaba su mirada. Buen recurso: franqueza.
Gemelos. Los gemelos no eran de oro dorado. Austeridad.
Calzado. Los zapatos de hebilla descubren a un rey, que pese a pretender vendernos una imagen de monarca actual, sigue anclado en el pasado. Borbón, borbón. Insisto, desde la Revolución Francesa que solo es válido el zapato de cordón.