Queridísimos Reyes Magos,
Desde Política y Moda hemos considerado oportuno escribirles para ver si con su poder obramos, por fin, el milagro y nuestros representantes públicos dignifican su presencia. Si se animan, serán bien recibidos todos los consejos que puedan aportarles sobre indumentaria. Es obvio que su uniforme navideño ha cumplido con creces el objetivo de todo político: pese a que algunas veces no pueden cumplir sus promesas, seguimos creyendo en ustedes. Si finalmente solo les dejan carbón, lo entenderemos perfectamente.
Para Mariano Rajoy, nuestro presidente, habrían tantas cosas que pedir…. Pero como sabemos que hay muchos dirigentes desatendidos, nos centraremos en su pelo. Una invitación a alguna barbería madrileña (San Bernardo o Blackstone) le vendría que ni pintao para arreglarse esas greñas que lleva siempre. Ya que hablamos de teñir, nada de Farmatin (o por lo menos, no ese tono castaño viejo). El pelo cano en la cabeza, además de crear continuidad con la barba, le favorecería y le otorgaría algo de respeto. No olviden tampoco un retrovisor para que asuma que los selfies por detrás no mejoran nada la perspectiva.
Estoy tentada a pedir unos botones para la americana de Pedro Sánchez, aquella que abrocha con botón de mujer mayor pero va a quedar muy pobre y aún no le ha dado tiempo al chico a portarse demasiado mal… La camisa blanca arremangada está ya muy sobada y con los trajes y las corbatas pierde todo su atractivo (hay que saber llevarlo y no es el caso), así que para este invierno le pido tres suéteres de cachemir de cuello alto en negro, gris y azul.
Este año ha sido muy duro para Artur Mas y su bien más preciado, el cabello, ha buscado también la independencia. Bastará con el contacto de la misma clínica que le ha hecho el injerto a Albert Rivera para que contemple la posibilidad.
Para Rosa Díez, o unas lentillas o unas gafas nuevas que sustituyan a ese modelo altivo de señorita Rotenmeyer (sí, sabemos que eso no resolverá el problema de raíz pero algo es algo). Como sé que le encanta llamar la atención, seguramente esta de la colección «Impertinente» de Flippann´Look le encaje.
Gracias por el injerto de Albert Rivera; era eso, raparse la cabeza o ponerse un gorro (opción que no hubiera estado nada mal). Ahora, si le pudieran hacer entender que si no quiere usar trajes y corbatas cutres de señor mayor no hay ningún catalán chungo que le obligue a ello… A ver si con este look que le propongo se anima. Rosa Díez se lo hubiera pensado dos veces antes de rechazar a semejante yogurín;)
Alberto Garzón acaba de llegar y ya necesita que le tapen el cuello no vaya a ser que algunos le roben la voz… Y, por favooor, no le traigan más gomina aunque asegure que se va a portar bien.
No me olvido del nuevo rey. Porque aunque sea Borbón, los zapatos con hebilla en pleno siglo XXI que los reserve exclusivamente para que sus majestades le depositen los regalos la noche del 5 de enero. Si vuelve la monarquía absolutista, ya le avisamos.
A Oriol Junqueras le sucede lo contrario que a Felipe VI: su apariencia se le antoja como la república independiente de su casa. Después de estudiarlo y criticarlo mucho, he llegado a la conclusión que este hombre sería feliz con una guayabera y unas espardenyes de veta (y nosotros también porque nos evitaríamos estampas tan desagradables como las que ha protagonizado este año).
Y para el hombre del momento, además de mantenerlo alejado de grandes cadenas de ropa low cost que nada tienen que ver con su mensaje ecosocialista, algo más de atrevimiento y valentía porque con su imagen (salvo la coleta y el piercing que se quitó) no aporta nada nuevo a la vestimenta política nacional. Él que admira tanto algunos sistemas políticos latinoamericanos, reconocerá que le falta un estilo propio (porque la camisa blanca cutre arremangada y las camisas de cuadros leñador, lo siento, pero no las ha inventado Pablo Iglesias). Que pruebe con Josep Abril.