Disculpad, ando días queriendo colgar este post pero la agenda me lo impedía… Así que vamos directos al tema en cuestión: el funeral de Estado a Adolfo Suárez. Tan desafortunadas como las palabras de Rouco Varela (¿a quién se le ocurrió la magnífica idea de que este hombre, con cara de malas pulgas, oficiara un homenaje al consenso?), fueron los modelitos de algunos de nuestros máximos representantes públicos.
Apreciemos la diferencia entre el traje de Rajoy y el del hijo de Suárez… Elvira Fernánez, con un guante enfundado y el otro no, daba un poco de miedito y me recordó a una secuencia de la Princesa prometida: «Hola, soy Íñigo Montoya. Tú mataste a mi padre, prepárate a morir.»
Zapatero, ni siquiera para el funeral de Estado, evitó la corbata lisa negra. Aunque la corbata da igual, lo peor es que continúa sin saber hacerse el nudo. Ojo a la cara de incredulidad con la que el ministro de interior mira a Aznar.
Nunca he visto sonreír tanto a Aznar como lo ha hecho durante los oficios a Suárez… Ana Botella lució la misma americana con el mismo floripondio -sacaojos- que cuando fue a dar el pésame al hospital.
No hay remedio para el complejo de Peter Pan de Ana Mato . Otra vez, vestido minifaldero y manoletinas… ¡Chupi!
El vicepresidente británico Nick Clegg y su esposa, Miriam González. Otro requisito para pasar desapercibida en un funeral, no embutirse.
También, añadiremos a la lista de «no recomendables» en funerales, faldas o vestidos de plasticuero. Menos cuando una acude a una Catedral con Rouco Varela, Demasiado sado.
Precioso el abrigo de la socialista Carmen Alborch, aunque el toque rojo en sus labios tampoco sería lo más indicado para un funeral.
Rosa Díez, también con el rouge, parecía que acompañara a su «hijo», Toni Cantó, al primer día en el nuevo cole inglés.
Bien Mª Teresa de la Vega. ¡Lo que le debió costar a esta mujer no ponerse nada de colores!
Divertidísima esta foto… Mas buscando la complicidad de Rajoy, y el ministro de exteriores en medio.