Hay colores que recuerdan luchas ideológicas, morales y/o físicas. Por ejemplo, el fucsia en el que se ha abanderado UPyD obtuvo nombre tras la sangre vertida en la batalla de Magenta (1859). Con tal tono, a nadie extraña que el partido de Rosa Díez venga con ganas de guerra. Y, de hecho, bien lo demostró el miércoles cuando la ex socialista se enfundó una chaqueta de corte militar (las charreteras en el hombro corporativas, eso sí) para convencer al Congreso de los Diputados de la necesidad de pararle los pies a Artur Mas y su plan soberanista. Y aunque el mensaje de Díez, consciente ella o no, esté claro (¡enviemos los tanques y españolicemos Cataluña de una maldita vez!), a mí personalmente me inquieta mucho más la versión del cuadro escocés que adorna la prenda (¿mensaje subliminal para Alex Salmond y Escocia?).
PD. Gracias al pajarito que ayer me dio la «piulada» en Twittter.