Con el apoyo de los socialdemócratas, Angela Merkel fue «coronada» de nuevo canciller de Alemania. Para la ocasión, la mandataria germana lució uno de sus característicos trajes pantalones con chaqueta de tres botones, esta vez de doble botonadura, y su collar amuleto de ámbar. Pese a que normalmente la democristiana suele disimular la uniformidad (rigidez, conservadurismo…) de sus atavíos introduciendo color en sus blazers, ayer se decantó por la rotundidad del negro. Quizá con la ausencia de luz solo deseó sumar seriedad y trascendencia al acto pero, a sabiendas de sus políticas, Europa ve en el tono de sus ropas el futuro que le espera.
¡Re uff! Estoy contigo, Patry. A mi también me parecen malos augurios. ¡Miedito!