Hace no muchos años (incluso ahora), a ciertas personas les acabó pareciendo «repugnante» que una madre pudiera amamantar a sus retoños en espacios públicos. La teta con la que hemos sido alimentados casi todos -los más afortunados- pasó a estar demonizada. Hoy, cuando en el Congreso, tres miembros de Femen han mostrado sus pechos en señal de protesta por la Ley del aborto que Gallardón pretende aprobar, se ha vuelto a escuchar la misma expresión de rechazo desde la balconada popular (no a la protesta, al topless ). Lo más insultante es que hayan sido también mujeres las que hayan utilizado la palabra «repugnante» para referirse al pecho. Se me pasan muchas cosas por la cabeza en este momento, pero sólo les recordaré a todas estas mentes enfermas de donde c… salieron al nacer. Imagino que eso también les da asco.