La líder del PP vasco se reunió ayer con el presidente del gobierno. A su llegada a Moncloa (ver vídeo aquí), Arantza Quiroga bajó del coche con un bolso de piel marrón tipo saco. Al subir las escaleras, alguien le advirtió de que antes de entrar debía posar para las cámaras. Quiroga, entonces, decidió deshacerse rápidamente de su bolso y entregárselo a uno de sus ayudantes. En su caso, no había ningún problema por dejarse retratar con tal accesorio. Y es que el modelo no era fácilmente reconocible -no llevaba la marca tatuada por toda su anatomía- y además, es lo suficientemente abultado para destacar que se trata de un elemento de trabajo -si fuera un clutch, obviamente, sería conveniente que no saliera nunca en una foto. De hecho, la bolsa hubiera disimulado el nerviosismo que descubrían sus manos -no sabía qué hacer con ellas. Es más, si había algún elemento que sobraba en la instantánea (además del feo estilismo que escogió ayer la popular), y durante todo el encuentro, fue la acreditación colgada del cuello. Parecía una colegiata de visita.
PD. Yo, por si las moscas, no perdería de vista mi bolso en Moncloa….
Ja ja yo tampoco me fiaría de nadie, te pueden robar incluso el alma.