No importa que los pantalones sean los mismos que los del traje del día anterior (utilizado para el encuentro con Rajoy y para la cena que el monarca español dio en su honor). No importa que los calcetines resbalen por sus tobillos. No importa su pelo enmarañado, ni sus cejas espesas. No importa nada de eso porque al escuchar al filósofo sucumbes a la verdad.
PD. Muchas gracias a David de www.infoplc.net, el responsable también de esta web, por conseguir que se vuelvan a ver las imágenes.