Me acusa parte de mi familia de tener una fijación enfermiza con Rajoy que impide que advierta lo «elegante que iba ayer el presidente». Pues sí, será que me traiciona la vista o como asegura mi tío «que me fijo en unos detalles que no debería». Sea como sea, mi obsesión por el árbol no me dejó ver el bosque. Y ahí estaba ella, como un pepito grillo que desea pasar desapercibida, confirmando sus problemas con las proporciones. Si la cartera ya se antoja enorme para Rajoy, en manos de S3, la estampa es de chiste. Pero para evidenciar más el caso, ahí van dos botines de tacón cuadrado con pantalones de pesca.
Ohh!! Pulgarcita casi cabe en su propia maletita. Que vigile que con esos zancos cualquier día se desnuca y además en directo, trop, trop, trop, vaya taconazos. ¿Es un hobbit? no, en serio….¿Es vicepresidenta de España o de Liliput?.