Viendo lo bien que les sienta a los miembros del G8 pasar el finde en Camp David, yo los dejaba permanentemente allí y enviaba a unos cuantos más para allí. Y es que cuando uno se saca el uniforme de diario, se oxigena (o como dice Tom Ford, con la corbata es imposible pensar bien). Hollande aún sigue cohibido.
Monti y Cameron con sus jerséis de punto en gris y en azul claro.
Aún es pronto para Hollande... El traje es su escudo. ¡Las mangas arremangadas de Obama son inimitables!
¡Qué colorido! Merkel aún sigue optimista, blanco y lila.
Cómo se iba a resolver una crisis enfundados en incómodas y anacrónicas vestimentas