Diecinueve jefes de estado conmemoraron ayer el 70º aniversario del Desembarco de Normandía junto al presidente François Hollande. Entre los asistentes se encontraban Putin, Obama, Poroshenko, Merkel y la reina Isabel. Tal y como anda Europa y la crisis desatada entre Rusia y Ucrania, cualquier gesto de los invitados se ha antojado significativo para leer entre líneas. Los repasamos.
A excepción de Isabel II y Margarita de Dinamarca, todos los demás representantes se sirvieron de traje oscuro, incluida Merkel que prefirió pasar desapercibida entre sus colegas.
Protocolo siempre advierte de que no se debe tocar, bajo ninguna circunstancia, a la reina. Pero Obama, como buen caballero, prestó su ayuda a la anciana para que bajara la escalera.
Isabel II no va a abdicar. Si es capaz de vestirse de verde fluor, podemos estar convencidos de que le queda cuerda para rato…
Máxima de Holanda también añadió color a la efeméride.
Detalle del turbante que lucía la actual reina de Holanda.
Algo más sobria, pero muy elegante, SamCam.
Aunque todos los ojos estaban puestos en Putin. La mirada de desconfianza (me recuerda muchísimo a la mirada de una madre cuando no acaba de creerse tu promesa de que de verdad, esta vez sí, te vas a portar bien). La desconfianza histórica de Alemania ante Rusia.
A Putin se le vio muy incómodo durante toda la jornada. Má aún cuando se encontró con Obama. En su breve charla, el ruso no paraba de agitar los brazos, tocarse la nariz, rascarse… Sabía que no era bienvenido. Mientras, el estadounidense, aunque seguramente tampoco estaba demasiado a gusto en su compañía, se sirvió de una sonrisa para romper el hielo.
Hasta la chaqueta se rebeló contra él;)