Otra vez la clase política española se ha tenido que vestir de luto a causa del asesinato de la popular Isabel Carrasco. Ayer, numerosos municipios programaron un minuto de silencio en rechazo a lo ocurrido. Mientras que a los hombres no les costó nada adaptarse a un vestuario algo más sobrio -el traje oscuro es su pan de cada día-, las mujeres recurrieron a tonos neutros. Pero pese a tocarle de cerca, al fin y al cabo Carrasco pertenecía a su misma formación, Ana Botella fue una clara excepción: ataviada con un blazer fucisa, vestido tropical y collar a juego de mil colores , la alcaldesa de Madrid volvió a dar la nota.
