Tras varios días observando el nuevo look del candidato socialista (jeans excesivamente claros y sin corbata), me disponía a analizarlo (criticarlo) cuando encontré un sorprendente reportaje en el que dos expertos en imagen política le recomendaban a Rubalcaba una indumentaria más informal.
Desde hace meses vengo diciendo que el peor error que los asesores de Rubalcaba podrían cometer con él es querer modernizarlo. Alfredo es un tipo clásico. Y eso, a todos, nos parece bien. No nos imaginamos al socialista vestido de otro modo porque entonces no sería él, no sería creíble. De hecho, lo queremos así. Serio, responsable, imparable… Quizá, si no estuviéramos en época de crisis, hubiéramos preferido una imagen más fresca y ahora estaríamos hablando de Carme Chacón. Pero no es el caso. A Rubalcaba se le ha elegido porque dentro del socialismo es una de las pocas personas que aún puede generar confianza en la sociedad sin parecer casposo. Además, a nivel de vestuario, y siempre dentro de su estilo clásico, el candidato es coherente y no comete ninguna atrocidad indumentaria (a excepción de los zapatones que en alguna ocasión se calza).
Pero ahora llegan las elecciones y a un puñado de asesores les parece que la imagen que nos había enganchado de Rubalcaba (lo votemos o no) no es válida. Así como le piden que sea Alfredo y no Rubalcaba, ahora le recomiendan que vista en tejanos y sin corbata. Obviamente, el ex ministro de interior, tan poco acostumbrado al jean, escoge unos de hace 30 años y se quita la corbata sin preguntarse si esa camisa es apta para descamisarse.
Pero también el director del máster en asesoramiento de imagen y consultoría política de la Universidad de Salamanca, Jorge Santiago Barnés, se atrevía hace unos días en aconsejar al candidato socialista que «un día saliera con jersey o en simple camisa con tejanos» para «explotar su look más informal». Si los futuros asesores de imagen de este país reciben las enseñanzas de Barnés, mal vamos.
En los actos informales, y sólo en el caso de Rubalcaba, lo que debe hacer es desprenderse de la americana y arremangar un poco la camisa. Hay gente a la que no les quedan bien los tejanos. Si se viera obligado a lucir un jean, siempre azul oscuro (el vaquero original transmite seriedad) y combinado con camisa blanca de buena calidad y ultra limpia.
Hola Patrycia
Aunque debo reconocer que la foto de Rubalcaba con jeans es poco favorecedora quizá deberías plantearte que una experta en política y moda no es para nada el público objetivo de la «informalización» de la imagen de Rubalcaba. A los universitarios más o menos cultos nos gustaría que nuestros políticos entraran en profundidad al fondo de los asuntos y nos dieran todos los datos posibles para valorar con profundidad las opciones en unas elecciones, pero resulta que el votante medio español está muy lejos de eso, más de un 90% ni siquiera se lee, ni hojea, el programa electoral; se vota, lamentablemente, por percepciones y emociones que se generan usualmente en cortes de 20 segundos en la televisión (porque la mayoría tampoco conoce en persona a los candidatos) y creo que es muy posible que para, pongamos, un obrero español cualquiera que tenga un trabajo no cualificado o que esté en el paro la imagen de Rubalcaba en vaqueros y camisa (aunque no parezca Don Draper ni Brad Pitt) le generará una empatía mayor que la del hombre de traje oscuro intelectual implacable (que ya tiene y que es complementaria pero que igual no le mueve emocionalmente a votar por él)
En definitiva, que aunque la elección de la ropa podría ser otra, la imagen es, en mi modesta opinión, importante por como conecta con los ciudadanos en el plano emocional (y no tanto en el estético) y la elección del PSOE de tratar de acercar a su candidato a la «gente de la calle» seguramente acertada.