¿Es un pájaro? ¿Un avión? No, es Soraya

La portavoz del Partido Popular en el Congreso contesta a la polémica de su polémico posado para el magazine de El Mundo a través de otra entrevista y otro reportaje gráfico para una revista femenina. Confirmado, el photoshop hace milagros también con los y las políticas.

Protagonizadas en su inicio por bellas modelos, se interesaron luego por actrices y más tarde por cantantes. Pero a las páginas de las revistas femeninas de moda no les resultó suficiente y demandaron más. Ya no bastaba con las estrellas del espectáculo y fue así como se descubrió que en el panorama político existía una mina por explotar. En España, el interés de las publicaciones femeninas por la política estalló cuando el presidente Zapatero nombró a un ejecutivo compuesto bajo una regla de paridad. Y desde esa efeméride (2004), las políticas nacionales posan y visten sin ningún complejo como las supermodelos de belleza y estilo que se entremezclan entre declaración y declaración.

Este mes, la protagonista política que presta su imagen para una publicación femenina es de nuevo –aunque cueste reconocerla, suponemos que a toque de photoshop- la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Saéz de Santamaría. Se trata de un reportaje gráfico y una entrevista con los que Saéz, según aclara la misma revista Elle, responde a la polémica de la fotografía aparecida hace unos meses en las portadas del Magazine y del diario El Mundo.

Así, en seis páginas descubrimos que la mayor preocupación de Saénz cuando se publicó la instantánea de El Mundo, en la que aparecía reclinada en el suelo con un vestido de gasas, fue que su labor pudiera verse “distorsionada desde la óptica de esa foto”. Con tal declaración, una entiende que la portavoz del PP es consciente que esa imagen –totalmente inocente para cualquier persona que no sea un representante o una representante política- no le beneficia en su carrera. Pero nada más lejos de la realidad…

Chacón y Saénz y las interferencias en su mensaje
La popular confiesa que Carme Chacón y ella se preguntan “por qué, con los problemas tan importantes que hay en este país, nuestra imagen focaliza la atención pública. Ambas tenemos la sensación de que nuestras tareas deberían trascender mucho más.” Según sus propias palabras, se puede concluir que las dos políticas tienen problemas de comunicación: prima su imagen por encima de sus acciones. Pero que quede claro, el problema, no es de la sociedad que descodifica el mensaje, es del actor que es quién emite el mensaje.

Pero Saénz se defiende de nuevo: “Ha habido algunas fotos de hombres en el gimnasio y no han generado este debate.” Pues debió ser hace años porque en esta publicación no dejamos a títere político hombre o mujer con cabeza…
“¿Se critica más a las mujeres cuando dejan ver su feminidad?”, pregunta la periodista de la revista. “No te creas, si llevas un vestido horroroso, también. Se critica en general todo, pero a las mujeres muchísimo más”. Sí, ahí estamos de acuerdo. Pero es que es mucho más divertido el estilismo de una mujer que la sosedad de los hombres, ¿no?

Y ante otra pregunta –“¿Antes de subir a la tribuna hay que mirarse al espejo?”-, la popular aclara: “Yo lo que veo en el espejo cuando subo a la tribuna es que tengo que ser la voz de muchos españoles, especialmente en estos tiempos de crisis, con más de tres millones de parados. De mi imagen me ocupo lo justo, lo que me preocupa es estar a la altura de representar a esa gente.” La equivocación, quizá, sea que con la imagen también se representa a esa gente: queremos imágenes de políticas, no imágenes de modelos de belleza.

150 150 Patrycia Centeno