Veinte años después del Congreso de Sevilla, pero en el mismo lugar y casi con los mismos protagonistas, Jose Maria Aznar quiso ayer auto homenajearse. El ex presidente reunió ayer a almorzar al Comité Ejecutivo con el que comenzó su andadura como presidente del partido (banda sonora indispensable para este artículo: Volver ), tras tomar el relevo de manos de Manuel Fraga. A falta de un acto conmemorativo organizado por la dirección del PP, Aznar quiso recordar así la comida con la que en 1990 su equipo y él celebraron, llenos de ilusión, la apertura de una etapa que culminó con la llegada a La Moncloa.
Con la Torre del Oro como telón de fondo, el grito de una fémina -“Por Dios, Aznar, vuelve”- engordó aún más, si cabe, el ego de Aznar que con su dedo señalaba y coordinaba la posición para cada uno de los invitados a la foto de familia. Un Aznar más de derechas, más decidido… o como bien acertó a definirlo ayer Manuel Fraga: “el único de todos nosotros que ha alcanzado el poder”. Hace 20 años, Jose Maria Aznar defendía el centro con una mirada humilde. Tímido, su estilo (a resaltar su famoso bigote) le dotaba cierta personalidad para lidiar con la prensa. Ahora, el bigote ha pasado a mejor vida –aunque no acaba de rasurárselo bien- y se ha dejado melenas –según él mismo, “a Ana (su esposa) le gusta más así”. ¿Quién necesita una imagen cuandoconsigues una personalidad propia?